Para cumplir el objetivo de “unir a sus misiones”, logran llevarlos a todos al hotel. Una vez dentro, la inundación impide que puedan salir de “El Arca”, provocando, mediante el encierro, que afloren sus peores sentimientos y acciones violentas.
Los días pasan, el agua sigue impidiéndoles salir. El hambre comienza a sentirse con más fuerza.
Noah hace todo lo posible para esconder a su hijo, pero, al igual que la furia contenida, lo oculto termina quedando a la vista de todos.
Las emociones están a flor de piel y los humanos, entre el paso y el presente, siguen eligiendo la soledad.
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